Hace unos días prometí publicar una reflexión sobre las infraestructuras y aquí está.
Las infraestructuras en su globalidad, y específicamente las de transporte, han sido, son y serán elementos básicos en el desarrollo económico de cualquier región o comarca, incluso de cualquier municipio.
Vistas a través de la historia, las infraestructuras de transporte siempre han tenido íntima relación con el avance económico y social. Desde las antiguas vías romanas de la etapa clásica (y su abandono que es algo que caracterizó la Alta Edad Media) hasta el momento actual en el que las autovías o vías de gran capacidad vienen a suponer una imprescindible premisa para cualquier territorio que quiera competir con garantías en un entorno económico cada vez más globalizado.
Las inversiones en infraestructuras tienen un importantísimo efecto directo en la creación de empleo mientras se construyen. No hay más que recordar los 4.000 trabajadores que van a tener empleo gracias a las inversiones del Ministerio de Fomento en La Rioja este año. Pero no sólo eso, estas inversiones suponen un foco de atracción en los procesos de localización de empresas. Un territorio con adecuadas infraestructuras de transporte es un lugar más atrayente y también, a su vez, supone recibir e integrar mejor los servicios y productos del exterior. Además, lógicamente, unas vías con suficiente capacidad y seguridad suponen unos mayores niveles de bienestar y calidad de vida para las personas que disfrutan de ellas.
Las políticas de infraestructuras a lo largo de la historia de España no siempre han sido “inocuas”. En muchos de los periodos históricos de nuestro país (también de otros) la creación de infraestructuras ha respondido a criterios concretos: por ejemplo, la trama centralizada de carreteras nacionales que caracterizó el franquismo. Quiero decir con esto que la política de infraestructuras puede estar motivada por intencionalidades distintas a la de las necesidades reales de los ciudadanos.
No estoy de acuerdo con ello. Las infraestructuras de transporte han de tener como eje, como único eje, las necesidades de los ciudadanos, las características del territorio y su desarrollo armónico.
Por ello, frente al modelo exclusivamente centralizado de carreteras nacionales del franquismo, los socialistas estamos dando un impulso intenso muy diferente a las infraestructuras de transporte en la actualidad. Un impulso que va a marcar de forma muy positiva el futuro de La Rioja. El Ministerio de Fomento está actuando de forma decidida en la “Autovía del Camino” (duplicando todo el tramo riojano), en la duplicación de la N-232, en el corredor ferroviario Mediterráneo-Cantábrico de alta velocidad… Los riojanos estamos de enhorabuena, por nosotros y por nuestros hijos porque al fin un Gobierno de España nos ha tenido en cuenta y nos brinda un presente y un futuro extraordinario.
Lo agradezco de corazón como ciudadano y como socialista.
P.D. El último capítulo de este compromiso lo vamos a escribir el próximo sábado día 16 porque vuelve a La Rioja Pepe Blanco ( y van tres veces en un mes) para poner la primera piedra de la conexión de la autovía A-12 entre Navarra y La Rioja. Otra importante inversión (más de cien millones de euros) y otro compromiso cumplido.
Buen post.
No sería más interesante, con más proyección de futuro, y sobre todo más sostenible, social, ambientalmente y económicamente dedicar más esfuerzos hacia el ferrocaril, de alta velocidad, pero también al de vía estrecha, en lugar de empecinarnos en más carreteras, para meter más coches????
Enhorabuena compañero. Una entrada muy brillante.
Coincido. Muy buen artículo. Vas a ser el Presidente.
No te conozco, pero aqui se ve cercanía, sencillez, trabajo honradez y con entradas como esta ideas muy claras y muy bien contadas. Somos cada vez más lo que estamos contigo. Lo de los otros comentarios, muy bueno.
Inés, Gabriel, «Coincididor» y HG, muchas gracias por vuestros comentarios tan positivos.
«Galgo de Casalarreina», comparto contigo la idea de la importancia del ferrocarril. Los españoles nos merecíamos las tremendas inversiones que en infraestructuras ferroviarias de alta velocidad se están llevando a cabo en la actualidad. Unas inversiones que colocan a La Rioja en uno de los ejes ferroviarios fundamentales: el corredor Cantábrico-Mediterráneo.
Respecto al ferrocarril de vía estrecha, las características de estas infraestructuras y de su mantenimiento lo desaconsejan. No por ello debemos renunciar a hacer de la sostenibilidad medioambiental una de las bases de nuestra actividad diaria.